Diez fotografías impactantes de la Guerra Civil en Barcelona

PORTADA_FOTOS_BARCELONA
Una zona de viviendas de Barcelona bombardeada por la aviación de Franco

La Guerra Civil Española nos ha dejado un amplísimo catálogo de imágenes, muchas de ellas dramáticas, de un valor incalculable. Grandísimos fotoperiodistas internacionales y por supuesto, también nacionales, decidieron hacer «su guerra» de una manera particular: mostrando al mundo y a la historia lo que sucedió entre 1936 y 1939. Barcelona fue junto con Madrid y Valencia la ciudad más fotografiada de la contienda, por eso en nuestro blog hemos querido hacer un recopilatorio de las fotografías del conflicto en Barcelona que más nos han impactado

En esta ocasión vamos a mostrar diez imágenes de la Guerra Civil en Barcelona y en Tarragona que no son excesivamente conocidas por el gran público. Muestran momentos claves de la contienda como las primeras horas de la sublevación militar, el exilio tras la entrada de los nacionales en la ciudad condal o la vida cotidiana.

Algunas de las imágenes que mostramos en ‘Guerra en Barcelona’ se han mostrado al gran público en alguna exposición, otras sin embargo, serán nuevas para el espectador. En cualquier caso hemos elegido diez aunque perfectamente podríamos haber seleccionado otras cincuenta porque el catálogo es innumerable.

La última fotografía del General Goded en vida

GENERAL GODED JUICIO
El general Goded en el juicio al que fue sometido en 1936

El gran fotoperiodista Agustí Centelles consiguió disparar este fotografía histórica de la Guerra Civil en Barcelona. Son las dos últimas fotos antes de ser fusilados de los Generales Goded y Fernández Burriel en el Buque Prisión Uruguay donde se había celebrado su Consejo de Guerra que los condenó a muerte. Podemos ver en la imagen a Goded vestido de uniforme mientras que Fernández Burriel iba de paisano.

Centelles también fotografió a los dos generales sublevados en el interior de la sala del ‘Uruguay’ donde se celebró el juicio sumarísimo el 11 de agosto de 1936, casi veinte días después del alzamiento. Estas fotografías de Centelles fueron realizadas sin el consentimiento del Tribunal y de los propios protagonistas de la imagen.

Algunas de las mejores imágenes del Juicio contra Goded descansan en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. El día 12 de agosto de 1936, un día después de que se tomara esta imagen, los dos generales franquistas fueron ejecutados en los fosos del Castillo de Montjuic.

Los servicios de rescate contra los bombardeos

SERVICIOS DE RESCATE
Con boinas con el emblema de la Cruz Roja, los operarios republicanos ayudaban a sacar a los heridos de una zona bombardeada.

Los grandes protagonistas de esta fotografía son los equipos de rescate de la Cruz Roja de Barcelona que trabajaban a destajo para localizar supervivientes tras un bombardeo franquista en 1938. Lo novedoso de la imagen es la gorra de los sanitarios. Sobre un fondo blanco, se puede diferenciar a cientos de metros de distancia la cruz roja sobre la cabeza de los enfermeros. ¿El motivo? En el caso de que hubiera un nuevo ataque, los pilotos enemigos podrían observar que los miembros de la Cruz Roja estaban buscando heridos y no acometiendo acciones de guerra.

No se sabe con exactitud pero esta fotografía pudo ser tomada entre las 22.00 del 16 de marzo y las 15.20 del 18 de este mismo mes de 1938. En menos de dos días, la aviación nacional bombardeó Barcelona lanzando sobre la capital catalana casi 50 toneladas de explosivos con intervalos de tres horas.

Se comenta en algunos foros de Internet que cuando los equipos de rescate se adetraban en la zona bombardeada para auxiliar a las víctimas, los cazas italianos volvían a atacar causando más muertos y heridos.

La terrible exhumación de cadáveres momificados

MOMIA
El cadáver de una monja profanado en Barcelona

Para nosotros es una de las imágenes más sobrecogedoras de la Guerra Civil. Todavía hoy, 80 años después, esta fotografía sigue poniéndonos los pelos de punta y la piel de gallina. Se trata de una fotografía que se tomó en Barcelona entre el 20 y el 25 de julio de 1936. La imagen se toma justo después de que la Iglesia y el Convento de las Salesas(Orden de la Visitación) fuera asaltada y profanadas las tumbas de los religiosos y religiosas que estaban allí enterrados.

En la imagen se ve como un par de milicianos observan el cadáver momificado de una religiosa que viste todavía con el hábito. Es una de las muchas fotografías que fueron tomadas aquel día frente al Convento de las Salesas donde se exhibieron un total de 19 momias. Los ciudadanos de Barcelona, en su mayoría, observaron de manera atónita aquellos terribles sucesos.

Lo cierto es que este tipo de profanaciones (tan duras y terribles) se vivieron principalmente durante los primeros meses de la Guerra Civil. Al igual que en Madrid, a los pocos días de que fracasara la sublevación, muchos conventos e Iglesias fueron profanados y saqueados por una turba descontrolada. A medida que pasaban los meses la situación (dentro de lo que cabe) se fue normalizando.

La histórica barricada de los caballos muertos 

CABALLO MUERTO
Guardias de Asalto y civiles combaten a los militares sublevados en Barcelona usando como barricada unos caballos muertos

Es otra de las imágenes que definen por sí solas el fracaso de la sublevación militar en Barcelona en julio de 1936. Fotografía que ya es un clásico la tomada por Agustí Centelles el 19 de julio y que fue portada en varios periódicos extranjeros como la revista Newsweek. En ella se ve a varios guardias de asalto que disparan sus fusiles, protegiéndose tras una barricada de caballos muertos. Estos caballos que pueden apreciarse a la imagen pertenecían a una parte de los militares que se alzaron en armas contra la República en la Ciudad Condal.

Varios periódicos actuales, con la ayuda de los descendientes de Centelles, han conseguido desvelar la identidad del guardia de asalto que aparece en primer plano. Se llamaba Mariano Vitini y aquel julio de 1936 tenía 28 años. Tenía dos hermanos que fueron fusilados tras la Guerra Civil Española.

De familia asturiana, Vitini hizo la guerra además de en Barcelona en Ciudad Universitaria (Madrid) y Valencia. No tuvo demasiados problemas para quedarse en la capital catalana tras la contienda donde cuentan que sacó «de manera ejemplar» adelante a su familia.

El último adiós a Durruti

ENTIERRO DURRUTI
Durruti fue enterrado en Barcelona tras su muerte en Ciudad Universitaria

El dia 22 de noviembre de 1936 el cuerpo sin vida de Buenaventura Durruti fue trasladado de Madrid a Barcelona. Una bala perdida de los franquistas o tal vez un asesinato premeditado por parte de los propios republicanos (¿comunistas?) acabaron con la vida del anarquista más importante de la historia de España.

El cuerpo de Durruti llegó a Barcelona el 23 de noviembre y féretro, que llevaba banderas rojinegras, estuvo acompañado por más de medio millón de personas que se echaron a la calle para dar el último adiós a su héroe. Según los diarios de la época, uno de cada cuatro barceloneses quisieron despedir a Durruti por las principales calles de la Ciudad Condal.

A las 10.00 de la mañana estaba previsto que se celebrara el funeral civil en la casa del Comité Regional Anarquista. Dos horas antes, la zona del comité estaba repleta de gente y no cabía un alfiler. El ataúd de Durruti era portado a hombros por los milicianos de su columna, aquellos con los que había combatido en Madrid y también en Zaragoza.

Debido a la intensa lluvia que cayó en Barcelona durante el 23 de noviembre, el entierro finalmente no se pudo llevar a cabo hasta el día siguiente.

El proyectil gigante capturado en las playas del Maresme

PROYECTIL GIGANTE
Un proyectil gigante encontrado en las playa de Barcelona en 1938

En esta fotografía, de autor desconocido, uno puede entender la magnitud de la Guerra Civil Española. En las playas del Maresme de Barcelona fue encontrado este proyectil naval a comienzos de 1938 perteneciente posiblemente a la propia armada republicana que vigilaba la costa de Cataluña.

Con todo, un grupo de civiles deciden posar junto al proyectil gigante sin ser conscientes (posiblemente) de los riesgos que podría entrañar acercarse a tan pocos metros de distancia de un arma que a todas luces todavía estaba cargada.

Esta fotografía nos hace ver, por un lado el armanento con el que contaban los dos ejércitos, y por el otro la vida rutinaria que trataba de seguir haciendo la población catalana pese a la Guerra Civil.

La miliciana del fúsil al hombro y la sonrisa inquietante

MARINA GINESTA
La miliciana de Barcelona posa ante el alemán Hans Gutmann

Esta fotografía fue tomada por el alemán Hans Gutmann (1911-1982), conocido también con el apodo de Juan Guzmán. Se trata de una imagen que con el paso del tiempo se ha convertido en todo un clásico de la Guerra Civil en Barcelona y que fue tomada en la azotea del viejo Hotel Colón, situado en la Plaza de Cataluña. Lo que años atrás fue una gran delegación de Banesto, en pleno 2016 en el viejo hotel se encuentra la tienda Apple.

La protagonista de esta foto se llamaba Marina Ginestá, una joven catalana que en el momento de tomar la fotografía tenía 17 años y era miembro de las Juventudes Socialistas Unificadas. Precisamente el antiguo Hotel Colón se convertiría durante gran parte de la contienda en la sede de las Juventudes. Antes de la guerra Marina estuvo muy implicada en la organización de las Olimpiadas Populares.

Según declararía esta miliciana, Hans Gutmann le propuso hacerle la fotografía en la terraza del hotel. Precisamente el hecho de que Marina portara un fusíl no es una casualidad. Parece que ella ni siquiera sabía disparar y que ese fúsil le había sido prestado. Durante la guerra nuestra protagonista estuvo trabajando en la retaguardia republicana, ejerciendo posteriormente como periodista del periódico soviético Pravda, coordinado en España por Mijail Koltsov. Tras la guerra se exilió en Francia y México, muriendo en París en 2014 a la edad de 94 años.

Los sabuesos de Cataluña 

EROLES Y CIA

En la imagen podemos ver Dionisio Eroles y a todo su equipo de investigadores de la CNT-FAI durante los primeros meses de la Guerra Civil. Eroles fue entre octubre de 1936 y mayo de 1937 jefe de las patrullas de control y orden público de la Generalitat de Cataluña, encargado entre otras cosas de acabar con la Quinta Columna y con enemigos de la República en la retaguardia de Barcelona.

Para muchos, las brigada de Eroles era sinónimo de eficacia contra las organizaciones franquistas que operaban en tierras catalanas. Sin embargo, para otros era sinónimo de terror ya que los métodos que utilizaban para detener a sus enemigos eran «muy poco ortodoxos» y los ‘paseos’ que pesaban sobre sus espaldas eran más que numerosos.

La figura de Eroles y de sus hombres más allegados empezó a caer en desgracia tras los sucesos de mayo de 1937. Los anarquistas, a partir de esta fecha, fueron despojados de sus posiciones de poder en beneplácito de individuos con postulados comunistas. Poco se sabe de su trayectoria posterior, tan solo que sobrevivió a la Guerra Civil Española y que consiguió exiliarse a Francia durante algunos meses. Allí se le pierde la pista. A todas luces murió asesinado en 1940 o 1941, pero la manera en la que se produjo y sus verdugos, todavía hoy sigue siendo un misterio. Algunos dicen que fueron sus propios ex compañeros los que acabaron con su vida y otros apuntan directamente a la Policía de Franco a la encargada de asesinarle en tierras de Andorra.

El exilio catalán rumbo a Francia 

EXILIO
Miles de personas se exiliaron a Francia en enero de 1939

Independientemente de la ideología política, esta imagen sobrecoge a cualquier persona de bien. Una niña, sin una pierna, apoyada sobre una muleta y acompañada por su progenitor huyen de Cataluña marchando a pie rumbo a Francia. Es una fotografía que refleja el drama de una Guerra Civil  entre hermanos o entre padres e hijos.

Con la ofensiva nacional del 23 de diciembre de 1938, casi todos los dirigentes republicanos empezaron a ser conscientes de que la Guerra Civil estaba perdida. Pese al intento de enviar al 5º Cuerpo del Ejército de Líster para frenar el avance de los franquistas en Cataluña, las tropas rebeldes fueron superiores y el 3 de enero obligaron a detener a sus enemigos.

El frente de Cataluña estaba roto. Tarragona cayó el 15 de enero de 1939 y Barcelona lo hizo el 26 del mismo mes. Más adelante, el 04 de febrero caería Gerona y seis días más tarde las unidades de Franco lograrían llegar a la frontera con Francia. Antes de aquello, medio millón de personas había conseguido cruzar al país vecino a través de los diferentes pasos fronterizos de la provincia de Gerona.

El incidente de Franco en Tarragona diez años después de la guerra

FRANCO EN TGN
Una mujer llamada Carme Rovira intentó acercarse a Franco y consiguió saltarse el cordón de seguridad

Aunque esta fotografía está tomada en el año 1949 (diez años después de que diera por finalizada la guerra), consideramos que es una imagen lo suficientemente potente para incorporarla a este blog. Eran las 18.00 horas del 31 de mayo cuando Franco llegaba a la Plaza del Ayuntamiento de Tarragona (conocida por la Plaza de la Font, entonces Plaza de José Antonio). Según describe el Diari de Tarragona en un artículo reciente, era la primera visita del militar tras terminar la Guerra Civil.

Después de haber visitado San Carlos de la Rápita, Flix y Reus, Franco regresó a Tarragona donde pasó apenas media hora. Antes de subirse en un buque de guerra que lo iba a desplazar hasta Barcelona, una mujer llamada Carme Rovira, logró saltarse el círculo de seguridad de Franco, esquivando a sus escoltas y aproximarse a apenas cinco metros del General.

Por las investigaciones recientes se ha desprendido que la mujer, que fue reducida inmediatamente, no quería hacer daño a Franco sino más bien entregarle una carta en la que le contaba la historia de su esposo que se encontraba en prisión. No se encontraba encarcelado por cuestiones políticas sino por unos problemas económicos que habían surgido en la lonja de Cambrils. Pese a que saltaron todas las alarmas y los escoltas del militar se alarmaron enormemente, al final la mujer consiguió entregarle la carta a Franco que terminaría solucionando sus problemas.

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