Gustavo Villapalos, una vida secreta entre evasiones y espionaje

FOTOGRAFIA 14. GUSTAVO VILLAPALOS
Gustavo Villapalos con el uniforme de aviador. Fotografía cedida al autor de este libro por la familia Villapalos / La Quinta Columna.

* Este artículo fue publicado por el autor de este blog en el periódico El Mundo el pasado 28.04.2019. La historia íntegra de Gustavo Villapalos durante la Guerra Civil es el reflejo de una larga investigación que han venido desarrollando desde hace nueve años los autores de esta página web. El resultado de estas investigaciones se pueden leer en el libro «La Quinta Columna. La guerra clandestina tras las líneas republicanas», publicado recientemente por la Esfera de los Libros. Este artículo sobre Villapalos es una mínima parte de lo que pueden encontrar los lectores del libro. Una vida, sin duda alguna, que podría ser digna de una película de cine.

Gustavo Villapalos fue uno los emboscados que se jugaba la vida a diario para combatir desde la clandestinidad a los republicanos. Padre del que fuera -en los años 90- consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, cuando estalló la guerra era un joven guardia civil que que realizaba un curso de radiotelegrafista. Simpatizante de Falange desde antes de 1936, este valenciano de 21 años intentó entrar en el cuartel de la Montaña para unirse a la sublevación, pero llegó demasiado tarde a la plaza defendida por Fanjul. No le quedó más remedio que conspirar contra la República desde la oscuridad y colaborar con las tropas franquistas diseñando sabotajes y organizando expediciones de evadidos.

Sus primeros pasos como quintacolumnista los dio en la sierra de Guadarrama. Al igual que otros guardias civiles, fue enviado a la montaña madrileña para intentar cortar el avance de los nacionales desde Segovia. Pero él no participó en los combates sino todo lo contrario. Fue uno de los organizadores de la evasión de un convoy de la Benemérita a territorio sublevado por el puerto del León. A él, le faltó poco para conseguirlo. Cuando estaba a punto de coronar el puerto, un proyectil franquista frustró su sueño, provocando que el camión que conducía cayese por un terraplén.

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Doble página del diario El Mundo con este artículo sobre Gustavo Villapalos y otros quintacolumnistas

A Villapalos no le quedó más remedio que reintegrarse en las fuerzas republicanas que defendían la sierra. Hizo creer a sus superiores que no sabía nada de esa “gran evasión” y fue obligado a trabajar como chófer personal del coronel José Puig, uno de los mandos militares de la República en la zona. El 1 de agosto de 1936, el quintacolumista valenciano se vio envuelto en un extraño suceso que marcaría su historia en la guerra. El coronel Puig perdió la vida en un confuso incidente cuando se dirigía en su coche oficial a una posición avanzada. Villapalos estaba al volante aquel día. Según declaró ante las autoridades franquistas tras la contienda, la muerte del oficial republicano fue un “atentado” perpetrado por él mismo junto a otro quintacolumnista, el capitán Jarillo de la Reguera, ayudante del coronel.  Aunque fue acusado de asesinato por los subordinados de Puig, Villapalos evitó su arresto gracias a su verborrea y a la mediación de un importante comisario socialista, amigo suyo de la infancia, que se encontraba accidentalmente en el frente de Guadarrama.

Hasta este momento, el valenciano había actuado contra la República en solitario y sin ningún tipo de coordinación con los servicios de información de Franco. Pasó un año hasta que consiguió enlazar con el comandante Bonel Huici, jefe del espionaje sublevado en el frente del Tajo, que le reclutó como organizador de expediciones de personas que huían de la zona republicana. Su buen conocimiento de los Montes de Toledo, su arrojo y su templanza a la hora de encarar situaciones delicadas convirtieron a Villapalos en un gran referente para la Quinta Columna. Hasta el final de la guerra, realizó más de veinte incursiones a territorio nacional con decenas de evadidos, algunos de ellos de renombre, como el futuro ministro de Exteriores, Fernando María Castiella.

Aprovechando su amistad con el comisario socialista que le salvó la vida en Guadarrama, Villapalos tuvo libre acceso a gasolina y hojas de ruta para sus expediciones. Para no levantar sospechas, utilizaba dos vehículos de la Fuerza Aérea de la República que le facilitaba otro miembro de la Quinta Columna. Entre sus colaboradores más cercanos se encontraba el futuro vicepresidente del Gobierno, Gutiérrez Mellado, que también realizaba tareas de información, especialmente en el tramo final del conflicto. Terminada la guerra, Villapalos fue condecorado por los vencedores y pudo hacer realidad uno de sus sueños: convertirse en piloto de aviación.

Recuerda: la historia íntegra y con todo lujo de detalles de la actuación de Villapalos viene reflejada en el libro «La Quinta Columna» de Alberto Laguna y Antonio Vargas. 

12 comentarios

    • Querido amigo y familiar de Don Gustavo. Según consta en su hoja de servicios tanto de la Guardia Civil como del Ejército del Aire (disponibles en sendos archivos históricos) nació en Valencia. Otra cosa es que se criara desde niño en Toledo. Así nos lo confirmó su hija Paloma con la tuvimos la suerte de hablar meses atrás. Saludos

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      • Si quieres te enseño su hoja de servicios como guardia civil. Su hijo Gustavo también me lo ratificó. Nació en Valencia, pero se trasladó siendo un bebé a Toledo. Hay documentación. Haced el favor de no hablar de manera tan categórica por muy familiares que seáis.

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      • Buenas tardes a tu comentario yo particularmente hablo de lo que se, yo como cualquiera expreso y digo lo que quiera sin faltar a nadie. Te recomiendo que te tomes la vida más calmada que luego pasa lo que pasa. En fin soy libre para decir lo que quiera. pasa un buen día

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      • Yo también hablo de lo que sé. La diferencia es que no hago afirmaciones categóricas. Cuando aseguro algo, lo digo con datos sobre la mesa como los que te he enviado por correo. Por mucho que os hayan contado, Villapalos nació en Picassent. Saludos

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      • El malentendido sería que eran de distinta madre,los demás son Camino.Hay estaba el hermano Mariano que fue Comisario Republicano y el otro Juan, salvajemente asesinado en Madrid, que el anterior hermano intento proteger.Solucionado el problema.

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      • Bueno no te pongas así, lo que está claro que nacer en Valencia no le hace valenciano, sobre todo cuando el estaba con su avioneta volando y aparcando por su pueblo, muy orgulloso.Es de Toledo y te ha faltado ese dato, de San Martín de Montalbán.Un saludo.

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      • He remitido a su correo electrónico tres documentos que confirman el lugar de nacimiento (Picassent) de Gustavo Villapalos. Creo que ya lo tienen claro. Cuando se corrige o se puntualiza una investigación, se debe hacer con datos reales sobre la mesa. Si admite un consejo, le diría que si quiere reconstruir la historia familiar, abra mucho la mente y utilice todas las fuentes posibles, no solo la información oral que han transmitido padres, abuelos y bisabuelos. En ocasiones los datos que dan nuestros familiares no son correctos al cien por cien. También te sugiero que leas mi libro «La Quinta Columna» antes de hablar donde queda clarísima la relación de Villapalos con San Martín de Montalbán. Un saludo

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  1. Buenas tardes de nuevo. Por supuesto que eres libre para decir lo que quieras en base a tus opiniones. Pero has sido categórico en tu primer mensaje: «Gustavo Villapalos no era valenciano, era de San Martín de Montalbán, Toledo». Cuando escribo en un blog ajeno, procuro tener información suficiente sobre todo cuando me pongo a rebatir a un investigador de la Guerra Civil que ha recabado información del personaje en los archivos. Insisto, la hoja de servicios como guardia civil dice que nació en Picassent y su hijo así me lo confirmo. Gracias por el consejo sobre tomarme la vida con tranquilidad. Y en efecto, eres libre para escribir y opinar lo que quieras siempre y cuando lo hagas con educación y lo has hecho por supuesto.

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    • He remitido a su correo electrónico tres documentos que confirman el lugar de nacimiento (Picassent) de Gustavo Villapalos. Creo que ya lo tienen claro. Cuando se corrige o se puntualiza una investigación, se debe hacer con datos reales sobre la mesa. Si admite un consejo, le diría que si quiere reconstruir la historia familiar, abra mucho la mente y utilice todas las fuentes posibles, no solo la información oral que han transmitido padres, abuelos y bisabuelos. En ocasiones los datos que dan nuestros familiares no son correctos al cien por cien. También le sugiero que leas mi libro «La Quinta Columna» donde queda clarísima la relación de Villapalos con San Martín de Montalbán. Un saludo

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