El monumento a los rumanos de Franco en Majadahonda

RUMANOS FRANCO
Monumento dedicado a los rumanos de Franco en Majadahonda 

En la carretera de Majadahonda a Boadilla del Monte, detrás al cementerio majariego, se vislumbra un extraño monumento cuyo origen se remonta a la guerra civil. Es un monumento en mitad del campo, al que se accede por un camino de tierra y que durante los fines de semana ha servido de lugar idílico para los amantes del botellón. Un monumento que convive en la actualidad entre pintadas de grafiteros y la basura que vierten en la zona los ciudadanos poco civilizados. Se trata de una construcción de piedra poco corriente en la que aparecen grabados dos nombres rumanos; Ion Mota y Vasile Marin, que según reza “cayeron por Dios, España y Rumanía el 13 de enero de 1937″. En las próximas líneas vamos a relatar la historia de estos dos miembros de la Guardia de Hierro de Rumanía, que murieron en plena Batalla de la Carretera de la Coruña en este punto de Majadahonda.

La defensa del Alcázar de Toledo y su posterior liberación fue utilizada internacionalmente por Franco como propaganda de su lucha. En Rumanía, la gesta del General Moscardó no pasó desapercibida y muy rápidamente, la extrema derecha, el partido nacional campesino y la Guardia de Hierro (un grupo paramilitar fascista, ultranacionalista y antisemita) organizaron una expedición a España para homenajear a Moscardó y a los defensores del Alcázar. La delegación estaba formada por las siguientes personas:

– General Georgios Cantacuceno. Tenía unos 70 años y era el segundo jefe de la Guardia de Hierro. Pertenecía a una familia aristócrata de Rumanía y fue considerado un héroe durante la Primera Guerra Mundial.
– Banica Dobre. Tenía 20 años y había nacido en Transilvania. Su profesión era la de maestro.
– Nicolae Totu. Abogado e Ingeniero Agrónomo. Tenía 32 años y había nacido en Moldavia.
– Príncipe Alexandru Cantacuceno, de 32 años y de la misma familia del general.
Ion Mota. Uno de los fundadores de la Guardia de Hierro. Tenía 34 años y había nacido en Transilvania. Había intentado ir a Etiopía de voluntario con los fascistas italianos.
– Vasile Marin. Abogado de 32 años y dirigente de la Guardia de Hierro en la región de Bucarest. Había estado en prisión durante algunos meses acusado de participar de alguna forma en el asesinato del Primer Ministro Rumano Ion Duca en 1933.
– Dimitru Borsa, sacerdote ortodoxo.
– Gheorge Clime. Ingeniero de 47 años


El general Cantacuzino- Granicerul lideró al grupo de ocho personas entre los que viajaba un sacerdote y el príncipe Alexandru Cantacuzino. El 24 de noviembre salieron rumbo a la España nacional previa parada en Portugal. En Lisboa la comisión rumana fue recibida por el embajador español y por numerosos simpatizantes nacionalistas lusos. Después, por carretera, se desplazaron hasta Salamanca donde fueron recibidos por los colaboradores más directos del General Franco. De Salamanca viajaron a Soria, ciudad en la que se encontraba el General Moscardó al que le regalaron el sable de honor de la Guardia de Hierro, forjado según ellos, en Toledo. El general Cantazuzino pronunció el siguiente discurso ante Moscardó, su Estado Mayor y los periodistas sorianos:

 

 

“Este es un sable de verdad, que me acompañó en la Gran Guerra y con el que gracias a su acero de Toledo podéis atravesar a miles de comunistas. Lo he traído para que os traiga suerte en la lucha para derrotar al comunismo. Os presentó a siete jóvenes, todos ellos oficiales del ejército rumano. Todos héroes. Han venido a luchar y a morir por la España nacional.”


Tras los abrazos y agradecimientos de rigor y después de hacer turismo por Castilla se marcharon a Toledo donde visitaron los restos del Alcázar. Días más tarde, los siete oficiales rumanos se presentaron voluntarios para participar en lo que ellos creían “la cruzada contra el comunismo”. En tierras toledanas se integraron en la 21 Compañía del Tercio de Yagüe y el 19 de diciembre, tras semanas de instrucción, partieron para el frente de Madrid. Su primera toma de contacto con el combate fue en Boadilla del Monte, después intervinieron en el ataque Las Rozas, la lucha por el control de la Carretera de la Coruña y después participaron en la defensa del Cerro de la Radio en Majadahonda. Así es como se llama el lugar donde se levantó el extraño monumento, puesto que allí tuvo su sede la emisora de radio Madrid – Argentina cuyas emisiones empezaron en 1929.

A la izquierda Ion Mota y frente a él, de uniforme, su hermana

El 13 de enero de 1937 una escuadrilla de cazas rusos atacó a muy baja altura el cerro de la radio, posición defendida por un grupo de soldados nacionales entre los que estaban los rumanos Ion Mota y Vasile Marin. Un certero obús soviético impactó en la posición matando a los dos miembros de la Guardia de Hierro e hiriendo a otros tantos militares. La ofensiva republicana por recuperar Majadahonda y el Cerro de la radio fracasó, pero los dos oficiales rumanos fallecieron en el combate. Tras la batalla, los cuerpos de Mota y Vasile fueron trasladados a la Capilla del Hospital Militar de Toledo donde recibieron todos los honores militares y religiosos. Tras enterarse de la noticia, Codreanu, máximo responsable en Rumanía de la Guardia de Hierro, ordenó a la delegación rumana regresar a su país, todos juntos, vivos o muertos. En febrero de 1937, la expedición rumana salía de la frontera española por Francia con los cadáveres de dos de sus miembros. Mes y medio después de llegar a nuestro país y sin demasiada participación en la contienda, se terminaba la aventura para estos ocho rumanos.

Desde aquel 13 de enero de 1937 hasta nuestros días, Ion Mota y Vasile Marin son homenajeados en este monumento de Majadahonda por la extrema derecha española y un sector de la iglesia ortodoxa en Madrid. Aquí os dejo un link en el que podéis observar un homenaje bastante reciente:

http://www.youtube.com/watch?v=oJWhJIFCwDE

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