Secuestro y asesinato en la Posición Jaca: la ejecución de tres coroneles

Posicion Jaca
Interior de la Posición Jaca

Para los más altos oficiales del Ejército del Centro la ‘Posición Jaca’ era un lugar infranqueable. Excavado a  una profundidad superior a los 15 metros, el Cuartel General del Ejército del Centro era uno de los puntos más seguros de Madrid desde el verano de 1937, fecha en la que los jefes militares republicanos abandonaron los sótanos del Ministerio de Hacienda para instalarse en este magnífico refugio, ubicado en el emblemático Parque del Capricho de Madrid.

A primeros de marzo de 1939, durante los durísimos enfrentamientos entre los propios republicanos, la ‘Posición Jaca’ tuvo un protagonismo inconmensurable por dos motivos: su estratégica situación (junto a la carretera de Barajas y a la de Barcelona) y por los importantes mandos militares que se encontraban. Hoy en nuestra página web en www.guerraenmadrid.com vamos a analizar lo que sucedió allí entre el 6 y el 11 de marzo. 

A buen seguro que nuestros lectores conocen cómo transcurrió la conspiración del Coronel Casado para poner fin a la Guerra Civil, aislando por un lado al presidente Negrín y por el otro al Partido Comunista. Tras constituirse el Consejo Nacional de Defensa y después de una brillante alocución por radio del propio Casado y de Julián Besteiro (ambos hablaban de poner fin a la guerra cuanto antes), empezó una pequeña guerra civil dentro del bando republicano. ¿Los implicados? Por un lado, los simpatizantes de Casado y por el otro las unidades comunistas que se oponían al Consejo Nacional de Defensa y que pretendían proseguir la contienda contra los nacionales.

Verardini
1º Verardini, ayudante de Cipriano Mera 2º El propio Cipriano Mera 3º El coronel Segismundo Casado

En Madrid los combates arrancarían durante la mañana del 6 de marzo y tuvieron especial crudeza en las zonas de Nuevos Ministerios, Manuel Becerra y Chamartín. Desde un primer momento la ‘Posición Jaca’ se mantuvo leal al Coronel Casado y todos los mandos del Ejército del Centro que allí se encontraban apoyaron la conspiración. Sin embargo, desde un primer momento, Casado y sus ayudantes más próximos fueron conscientes de lo difícil que sería defender la ‘Posición Jaca’ por su estratégica situación: la 300 División de Guerrilleros (comunistas en su mayoría) mandada por el Mayor Santiago Calvo avanzaba a toda velocidad hacia el Capricho después de haber conquistado sin problemas Torrejón de Ardoz donde se unieron a los sublevados la 5º Brigada de Carabineros. De hecho, los escuchas franquistas del SIPM interceptaron a las 11.00 de la mañana de este 6 de marzo un mensaje enviado desde Alcalá de Henares por el propio Calvo a su superior, Domingo Hungría que se encontraba en Benimamet diciendo: “Sublevado el Estado Mayor del Ejército del Centro y constituida una junta facciosa, vamos a luchar contra ella de acuerdo con el Partido. Denme instrucciones”. 

Una posición muy estratégica

No hay que olvidarse tampoco de que la ‘Posición Jaca’ se encontraba muy próxima a ‘Villa Eloisa’, el Cuartel General del Partido Comunista en Madrid y el escenario donde se estaba gestando el contragolpe a Casado. De manera clandestina, miembros del PCE se habían aproximado a la ‘Posición Jaca’ y habían comprobado que sus sistemas de defensa y protección no habían aumentado demasiado desde el inicio de los combates. Por este motivo, la ‘Posición Jaca’ se había convertido en uno de los objetivos más ansiados.

Consciente de que la ‘Posición Jaca’ podía perderse, Casado envió el mismo 6 de marzo hasta allí a Cipriano Mera para comprobar de primera mano las defensas y con la intención de levantar el ánimo del Coronel Joaquín Otero Ferrer (Jefe de Información del Ejército del Centro) que se encontraba al mando de la posición. Mera y su asistente Antonio Vernardini llegaron al Capricho pasadas las 18.00h y comprobaron que el ambiente entre los oficiales era de desolación. Según relató Mera en sus memorias, el Coronel Otero le comentó nada más llegar que “había mantenido una conversación telefónica con las fuerzas guerrilleras” que se aproximaban cada vez más a la ‘Posición Jaca’. Según Otero estas fuerzas guerrilleras le dijeron que no querían enfrentarse a las fuerzas del Consejo Nacional de Defensa y que tenían intereses de “parlamentar con el Coronel Casado y como éste exigiera que primero depusieran las armas, los mandos de los guerrilleros (el Mayor Calvo fundamentalmente) pidieron un plazo de dos horas para dar una respuesta, plazo que les fue concedido”.

Pese a no ser militar profesional, Cipriano Mera tenía una gran intuición combativa y desde un primer momento alertó al Coronel Otero de que el propósito de los guerrilleros era “ganar tiempo para poder ocupar” la ‘Posición Jaca’. Por este motivo el líder anarquista telefoneó al IV Cuerpo del Ejército (del que era principal jefe) que se encontraba en Alcalá de Henares y que por orden de Casado se había detenido tras aceptar la tregua de los guerrilleros.

Barcelo
El coronel Luis Barceló

Pasaron las dos horas de tregua y los nervios en la ‘Posición Jaca’ crecían por momentos. No había noticias ni de Casado ni de los Guerrilleros Comunistas, por lo que el Coronel Otero empezaba a desesperarse. Otero Ferrer era un veterano oficial de Ingenieros que durante la Guerra Civil se había curtido luchando en Ciudad Universitaria y en la Batalla del Jarama donde estuvo en el Estado Mayor de la famosa ‘Agrupación Morata’. También participó en la preparación de la ofensiva republicana en Brunete y en otras operaciones de menor calado en la Casa de Campo.

Una reunión in extremis

A las 21.00h las comunicaciones telefónicas de la ‘Posición Jaca’ habían dejado de funcionar. Posiblemente una incursión guerrillera en el Parque del Capricho había cortado las comunicaciones con el exterior, por lo que el asalto podía ser inminente. Según Mera a las 04.00h de la madrugada del 7 de marzo tuvo lugar una reunión en el interior del bunker en la que participaron, además de él y de su ayudante Verardini, los coroneles Otero, José Pérez Gazzolo (segundo jefe del EM del Ejército del Centro) y Arnoldo Fernández Urbano (jefe de Organización del Ejército del Centro), el Teniente Coronel Villal, el capitán Artemio García y dos tenientes apellidados Dalda y Corella. En esa reunión se comunicó que casi todos los miembros del batallón de Carabineros de la 5º Brigada que se ocupaban de la defensa de la parte noroeste de la ‘Posición Jaca’ se habían pasado a los comunistas: les habían convencido los carabineros que se unieron a los Guerrilleros en Torrejón.

De esta manera, los únicos defensores del Cuartel General del Ejército del Centro eran dos batallones de la 70 Brigada Mixta y una treintena de jefes y oficiales que se encontraban en el interior del búnker de El Capricho. Según el relato de Mera, el Coronel Otero le ordenó que acudiera a los exteriores de la posición y comprobara de primera mano si el enemigo se encontraba en las inmediaciones. Acompañado por su ayudante Verardini, por el Teniente Coronel Villal y el Teniente Corella, el líder anarquista comprobó con sus propios ojos que la ‘Posición Jaca’ estaba en serio peligro puesto que los Guerrilleros y una unidad de tanques ya estaban tomando posiciones en los exteriores. Villal y Corella regresaron al búnker a dar cuenta a sus compañeros de lo que estaba pasando y con la advertencia de Mera de que era necesario “evacuar el puesto de mando inmediatamente”.

Según Mera pasaron “unos minutos preciosos” y nadie evacuó la ‘Posición Jaca’, por lo que “me fui yo mismo al puesto de mando y les dije a los presentes: vengan conmigo, aquí ya no hay nada que hacer.  Dentro de cinco minutos los comunistas se habrán apoderado de las oficinas – Sí – me contestan – ahora vamos”. Tras permanecer unos instantes a la espera, Mera abandonó la ‘Posición Jaca’ junto Verardini, el capitán Artemio García y los tenientes Dalta y Corella. Los cinco se fueron del Parque de El Capricho a tiro limpio, resultando Corella herido en un brazo, hasta llegar a la zona de Canillejas donde tras engañar a una unidad Comunista, consiguieron contactar con el Coronel Casado.

Tres coroneles prisioneros

Sobre lo acontecido en el interior de la ‘Posición Jaca’ y los oficiales del Ejército del Centro tras la marcha de Cipriano Mera hay muchas dudas y también algunas especulaciones. Sabemos que la decisión final de asaltar la ‘Posición Jaca’ por parte de la columna Guerrillera corrió a cargo del Mayor Calvo con el beneplácito del Coronel Luis Barceló Jover. También sabemos mediante los testimonios de algunos guerrilleros (luego serían importantes maquis) que participaron en el asalto que los combates en el interior de la posición fueron encarnizados. Sin embargo, a primera hora de la mañana del 7 de marzo, la ‘Posición Jaca’ cayó en poder de los comunistas y la mayoría de oficiales que quedaban en su interior fueron arrestados allí mismo y a punta de pistola fueron sometidos a interrogatorio. Entre esos oficiales estaban los tres coroneles al mando de la posición: Joaquín Otero Ferrer, José Pérez Gazzolo y Arnoldo Fernández Urbano. En el interior del búnker se produjeron algunos tiroteos con bajas por parte de los casadistas como explicaremos más adelante.

Gazzolo Santuario

La gran duda que nos surge en estos momentos es: ¿por qué estos tres coroneles no escaparon al mismo tiempo que Cipriano Mera y su ayudante de la ‘Posición Jaca’? ¿Esperaban un trato de favor por parte de los Comunistas? ¿Se habían planteado su lealtad al Coronel Casado? Por desgracia no podemos responder a estas preguntas de una manera objetiva.

Pero sigamos con el desarrollo de los hechos en el interior de la ‘Posición Jaca’ después de que los Comunistas se hicieran con el control del puesto de mando. Sobre las 17.00 del 7 de marzo el Coronel Barceló hizo su aparición en la posición e interrogó personalmente a los detenidos. En su Consejo de Guerra, Barceló reconoció que tras llegar a la posición había visto un charco de sangre en el suelo del búnker pidiendo explicaciones a sus colaboradores más estrechos. Estos le dijeron que se habría “producido una baja” como consecuencia de un “bombardeo”, algo poco probable en un refugio subterráneo.

Los prisioneros en El Pardo

En cualquier caso, Barceló ordenó trasladar a los detenidos en la ‘Posición Jaca’ hasta el Palacio de El Pardo donde el comunista Guillermo Ascanio había establecido su cuartel general. Los tres coroneles (Otero, Pérez Gazzolo y Arnoldo Fernández) coincidieron en su cautiverio en el palacio con el Teniente Coronel del bando franquista, Lloro Regales que por un “ataque de locura” había desertado ese mismo 7 de marzo y se había pasado al bando republicano.

Según cuenta el periodista anarquista García Pradas, que también estuvo detenido en el Palacio de El Pardo, los tres coroneles fueron asesinados junto con el comisario político del PSOE Ángel Peinado Leal. El testimonio de García Pradas se puede leer en su libro ‘La traición de Stalin’:

“Unas horas antes de llegar nosotros fueron sacados los tres, eran tres viejos de noble condición, leales del antifascismo durante la guerra, no afiliados a ningún sector político. Y desvalidos por consiguiente ante sus verdugos. Los metieron en un coche y se los llevaron junto al comisario socialista Peinado Leal a quien tal vez confundieron con otro prisionero. Los cuatro desgraciados, figuras sin importancia de la contienda, fueron abatidos por la misma ráfaga de ametralladora después de cavar su propia tumba”.

Desde nuestro punto de vista García Pradas especula sobre la muerte de los tres militares y Peinado Leal. ¿Cómo es posible que supiera que los “cuatro desgraciados” habían cavado su propia tumba y asesinados por ráfaga de ametralladoras? Cuando él llegó al Palacio de El Pardo, los otros cuatro detenidos ya habían sido sacados de sus celdas y trasladados en coche a un punto indeterminado.

En cualquier caso, los combates en Madrid entre casadistas y comunistas terminaron a mediados de marzo. Todo el mundo sabía que los tres principales jefes de la ‘Posición Jaca’ habían desaparecido de su cautiverio de El Pardo y como era lógico se esperaba que hubieran sido asesinados. Sin embargo, en un artículo publicado en ABC el 14 de marzo se decía que los tres coroneles, junto a otros presos en Palacio, habían sido puestos en libertad por las comunistas horas antes de que las tropas de Casado tomaran El Pardo. Nada más lejos de la realidad.

Aparecen los cadáveres

La confirmación oficial de que los máximos responsables de la ‘Posición Jaca’ habían sido asesinados por los comunistas se produjo el 23 de marzo (5 días antes de que los nacionales llegaran a Madrid). Tras interrogar a varios soldados centinelas de El Pardo, el Consejo Nacional de Defensa pudo averiguar que los tres militares y Ángel Peinado Leal habían sido ejecutados a las afueras de El Pardo y enterrados en una fosa común. A las 09.00 del 23 se abrió la fosa (ubicada en una zona boscosa) y se confirmó que los cadáveres que allí se encontraban con varios impactos eran los de Joaquín Otero Gómez, José Pérez Gazzolo y Arnoldo Fernández Urbano.

El 24 de marzo, en plenas conversaciones entre Casado y los emisarios franquistas para poner fin a la Guerra Civil, el diario ABC publicaba la noticia del hallazgo de los cuerpos de los tres militares y del comisario Peinado. El propio García Prada leyó un breve poema en Unión Radio en recuerdo a los asesinados recordando su heroísmo y su patriotismo hasta el final de su vida.

Esa misma tarde del 24 de marzo se celebró el entierro que tuvo una gran transcendencia pública. De hecho, fue el último gran acto republicano que se celebró en Madrid antes de que entraran las tropas franquistas. La capilla ardiente (o cámara mortuoria) se instaló en el edificio de la Secretaría de Defensa de Madrid. Según cuenta la prensa de la época los cuatro cadáveres estaban dispuestos en “féretros sencillos, cubiertos por ramos y coronas y los colores de la bandera republicana adornaban el fondo del local. Los féretros iban envueltos en la bandera nacional republicana y fueron sacados a hombros por los compañeros de los fallecidos y colocados en lujosos coches estufa atestados de coronas”. 

LIBERTAD 24 MARZO DE 1939
Periódico La Libertad 24 de marzo de 1937

Según cuentan la prensa, se formó una comitiva militar que trasladó los cadáveres hasta el cementerio este. A la cabeza de la comitiva iba el General Miaja y detrás el resto de los miembros del Consejo Nacional de Defensa. Les seguían el gobernador de Madrid, el alcalde, el director de Seguridad, la ejecutiva del PSOE y todos los jefes militares del Ejército del Centro. También participaron en la comitiva el resto de las organizaciones políticas y sindicales que integraban el Frente Popular. “Una columna de honor desfiló ante los cadáveres, integrada por representaciones de las diversas brigadas del Ejército Republicano comandadas por el General Martínez Cabrera. Al pasar ante ellas los cadáveres, las bandas de tambores y cornetas les rindieron honores en medio de un silencio impresionante, a pesar del gentío inmenso que presenció el cortejo desde los balcones y ventanas”.

Conclusiones

Se ha escrito muy poco sobre estos asesinatos, posiblemente porque los datos que se disponen son muy pocos. ¿Fue un crimen ordenado directamente por la cúpula militar del Partido Comunista o fue un crimen aislado que pretendía silenciar los desmanes cometidos por los Guerrilleros en el asalto a la ‘Posición Jaca’? Por desgracia no tenemos capacidad para responder a estas preguntas de una manera objetiva. Solo sabemos que el Consejo Nacional de Defensa quiso dar un castigo ejemplar por estos asesinatos a uno de los cabecillas del contragolpe comunista, el Coronel Barceló. Tras un Consejo de Guerra, el Coronel fue condenado a muerte y fusilado en el Cementerio Este de Madrid el 18 de marzo de 1939 a las 15.15. Agentes del SIM fueron los encargados de custodiar y trasladar a Barceló hasta el Cementerio. El piquete de fusilamiento lo formaban miembros de los batallones 1º y 2º de retaguardia que estaban mandados por el capitán Enrique Roldán Remonte. Sin embargo, el oficial que estuvo al frente de la ejecución fue un joven teniente, natural de San Lorenzo de El Escorial llamado Eloy Martín Herranz que tras la guerra fue hecho preso por los franquistas y estuvo varios años encerrado en el Fuerte de San Cristóbal. Un capitán médico llamado Eloy Martín Herranz (fallecido en 1993) emitió el certificado de defunción del Coronel Barceló en el mismo cementerio.

¿Quiénes eran realmente los asesinados por los Comunistas?

El Coronel Pérez Gazzolo tenía 47 años cuando fue fusilado en El Pardo. Al estallar la guerra era Comandante de Infantería. Tuvo un papel destacado ya desde los inicios de la contienda y en agosto de 1936 acompañó a Miaja en su intento de ocupar Córdoba. En octubre de este año ascendió a Teniente Coronel y figuraba como uno de los ayudantes más cercanos a Miaja. El 18 de diciembre fue nombrado jefe del EM del Ejército del Sur y participó en la evacuación de la población civil de Málaga. También fue uno de los encargados de dirigir las operaciones militares del asalto al Santuario de Santa María de la Cabeza con la XVI Brigada Mixta y el diputado comunista Pedro Martínez Cartón. Por aquellos días hizo amistad con el poeta Miguel Hernández que estuvo presenciando el asalto.

El 30 de mayo de 1937 fue trasladado como segundo jefe al Estado Mayor del Ejército del Centro.  Fue el encargado de dirigir el traslado del Ejército del Centro del Ministerio de Hacienda a la ‘Posición Jaca. A principios de marzo de 1939 fue ascendido a Coronel, ascenso que fue publicado en la gaceta del Ministerio de la Guerra. Su viuda se llamaba Carmen de Sostoa Erostarbe y en la década de los 80 empezó a cobrar la pensión por los trienios cosechados por su marido en su época militar.

SEPULTURA DE LUIS BARCELO
Certificado de defunción de Luis Barceló

Arnoldo Fernández Urbano murió a los 56 años. Al inicio de la guerra era Comandante de Infantería, diplomado del Estado Mayor. Largo Caballero, en el mes de septiembre de 1936, lo incluyó entre los miembros del EM del Ministerio de la Guerra, ascendiendo a Teniente Coronel. Fue muy próximo a Vicente Rojo y contribuyó a la Defensa de Madrid. Ascendió a Coronel en marzo de 1939.

Joaquín Otero Ferrer. Como antes hemos dicho, al empezar el golpe de Casado él era el máximo responsable de la ‘Posición Jaca’. Se había curtido durante toda la Guerra Civil luchando en Ciudad Universitaria y el Jarama. También preparó la ofensiva de la Batalla de Brunete.

Fuentes consultadas

‘1939. Agonía y victoria’. Ricardo de la Cierva

‘La traición de Stalin’. García Pradas

Cipriano Mera, memorias de un anarcosindicalista

‘Así cayó Madrid’. Segismundo Casado.

‘Así terminó la Guerra de España’, Ángel Bahamonde

Biblioteca Virtual de la Defensa

Hemeroteca Nacional (periódico La Libertad)

Hemeroteca ABC

Archivo Histórico Nacional (Causa General): Consejo de Guerra Luis Barceló Jover

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