
Este mes de febrero se conmemoran 85 años de la Batalla del Jarama, sin duda una de las más sangrientas de la Guerra Civil Española en los alrededores de Madrid. Se han escrito ríos de tinta sobre todas las acciones bélicas que se desarrollaron en aquel crudo invierno de 1937, sin embargo no se ha dado demasiada importancia al papel que jugó la fotografía. En nuestra web, www.guerraenmadrid.net hemos decidido recopilar algunas imágenes muy poco conocidas que se tomaron durante la batalla. Esta selección de imágenes es un criterio totalmente subjetivo por nuestra parte, pero creemos que puede ayudar a conocer un poco mejor la contienda.
De la mano de los mejores fotógrafos de la época, recorreremos los alrededores de pueblos tan relevantes en la Batalla del Jarama como Morata de Tajuña, Rivas Vaciamadrid, Arganda del Rey, Ciempozuelos o Titulcia. No vamos a adentrarnos en los aspectos técnicos de la batalla porque a buen seguro que podéis encontrar información muy precisa en otros blogs o páginas de Internet. Sí que os recomendamos un libro que hay que leer sí o sí para entender los pormenores de los combates titulado: «La Batalla del Jarama, febrero de 1937» escrito por José Manuel García Ramírez y editado en 2007 por Almena.
La vida en las trincheras republicanas

Desconocemos la autoría de esta imagen, pero muestra a la perfección como se vivía la Guerra Civil dentro de una trinchera en el frente del Jarama. Unas trincheras que en la actualidad son perfectamente visitables en la zona y que durante años han hecho las delicias de los apasionados de los detectores de metales que han extraído un sinfín de objetos de valor de la batalla, no solo bélicos. Muchos de estos objetos se pueden visitar en el Museo de la Batalla del Jarama que puedes visitar en Morata de Tajuña en la calle del Carmen 16, Mesón Restaurante El Cid.
Por el atuendo y el equipo con el que aparecen los soldados de la imagen, creemos que podrían ser Brigadistas Internacionales. El tipo de casco que llevan la mayoría de los soldados es francés (tipo Primera Guerra Mundial), aunque algunos llevan boina.
Las cuevas-refugio

Debido a la orografía del terreno, las cuevas durante la Batalla del Jarama jugaron un papel muy importante. Hace ya años, nuestra web elaboró un reportaje recomendado cinco lugares que había que visitar para entender esta batalla y recomendó visitar algunas de las cuevas que todavía hoy siguen en pie en las cercanías de Morata de Tajuña o Titulcia. Tanto el Ejército republicano como el sublevado excavaron una red de cuevas junto a las trincheras que servían para guardar munición, alimentos, como refugio antiaéreo e incluso como lugar de descanso donde dormían los soldados.
Esta imagen, sacada por el fotógrafo extranjero Hermann muestra a la perfección la importancia que tenían estas cuevas en un lugar tan perjudicado por la batalla como Arganda del Rey. En ella se aprecian un número elevado de cuevas, algunas de las cuales estaban unidas entre sí.
El puente de Arganda

Para muchos fue el referente de la Batalla del Jarama. Inaugurado en 1910, este impresionante puente, conecta las localidades de Arganda del Rey y Rivas Vaciamadrid por lo que durante la Guerra Civil fue un lugar de gran importancia estratégica. Con su estructura de hierro, la inversión que se hizo para su puesta en marcha fue de algo más de 300.000 pesetas y estuvo en funcionamiento hasta 1964, fecha en la que dejó de usarse por la construcción de un nuevo puente de hormigón.
Como antes decíamos, en la Guerra Civil el Puente de Arganda sufrió un elevado número de ataques aéreos, bombarderos de artillería y batallas cuerpo a cuerpo de la infantería. El 8 de febrero de 1937, la caballería sublevada consiguió cruzar el puente y durante el golpe de Casado (marzo de 1939), las unidades franquistas que lo guarecían no atacaron a los efectivos republicanos del Ejército de Levante que acudieron hasta Madrid para apoyar al coronel republicano. En otra imagen que podéis ver, se aprecia un edificio que se encontraba ubicado a muy pocos metros del puente de Arganda y que sufrió las consecuencias de un bombardeo.
La ‘Motorizada’ levanta un refugio

Lo confieso, tenemos predilección por esta imagen. En ella se aprecia a integrantes de la Brigada Motorizada construyendo un refugio para ametralladoras en el frente del Jarama. Los miembros de esta unidad republicana son perfectamente reconocibles con su atuendo: prendas de cuero y casco de motoristas.
Uno de los miembros más relevantes de esta Brigada Motorizada que formaba parte del Ejército del Centro se llamaba Cayetano de la Torre, aunque todo el mundo le conocía como el ‘Morateño’. Se trataba de un torero originario de Morata de Tajuña que al empezar la Guerra Civil se enroló en esta unidad porque le apasionaba la velocidad. Murió en abril de 1937 en un fatal accidente, pero no en la zona del Jarama sino en la cuesta de las Perdices tras ser atropellado por un camión.
La guerra del gas

Sinceramente no sabemos si durante la Batalla del Jarama se utilizaron gases por parte de los dos Ejércitos. Lo que sí sabemos es que tanto republicanos como nacionales intentaban prepararse para este tipo de contingencias. En la fotografía podemos ver a un miembro del Batallón Antigás mostrando a un grupo de soldados de la República como funciona y como se tendría que utilizar una máscara antigás.
Tenemos que recordar que ya antes de la Guerra Civil existía en La Marañosa una ‘Fábrica Nacional de Productos Químicos’ (nombre oficial Fábrica de Productos Químicos del Jarama) cuyos gases se utilizaron durante la guerra del Rif. Esta fábrica trabajó durante los primeros meses de la Guerra Civil hasta que la República decidió trasladarla hasta Alicante debido a la proximidad del enemigo. Pese a ello, el Batallón Antigás tenía su sede en el Colegio de Sordomudos de Madrid situado en el Paseo de la Castellana. Franco también tuvo una especie de unidad especializada en gases tóxicos ya que puso en marcha en Sevilla un equipo para Neutralizar la Guerra Química.
Los evadidos

Las deserciones durante la Batalla del Jarama fue una constante. No solo se produjeron durante los intensos combates de febrero de 1937, sino que una vez estabilizado el frente, numerosos soldados de uno y otro bando desertaron. Nosotros hemos recogido estas dos portadas de la prensa republicana porque hablan, a diferencia de los diarios nacionales, directamente de los evadidos de una zona y otra mostrando claramente sus imágenes.
En todas estas portadas a las que nos estamos refiriendo, la prensa ataca con dureza a los «luchadores extranjeros» que vienen a España mientras que alaban en cierta manera a los «pobres españoles» que tuvieron que alistarse con el enemigo casi a la fuerza y a punta de «bayoneta».
Un centinela ‘moro’

Durante toda la Guerra Civil, los ‘moros’ de Franco jugaron un papel decisivo, sobre todo porque junto a la Legión eran una fuerza de choque bien entrenada y con un amplio conocimiento del arte de la guerra. En la Batalla del Jarama aquellos ‘moros’ tuvieron un gran protagonismo en una acción tan relevante, pero al mismo tiempo poco conocida como fue la toma del puente de Pindoque. Una avanzadilla de soldados marroquíes del I Tabor de Tiradores del Ifni junto con una compañía de Zapadores de Larache se infiltró durante la noche del 11 al 12 de febrero del 37 en la línea defensiva que los republicanos habían montado sobre el frente.
Aquellos moros, al amparo de la noche, degollaron a los efectivos franceses de la compañía André Marty de la XII Brigada Internacional que se encargaban de la vigilancia de este punto estratégico. En pocos minutos los sublevados ya controlaban la zona.
Una vez estabilizado el frente después de la batalla, algunos de aquellos tiradores del Ifni permanecieron en las trincheras y refugios del Jarama realizando las funciones básicas de la guerra: servicio de escucha, centinelas, logística y preparación de pequeños golpes de mano en trincheras enemigas.
El rancho

Hemos tenido acceso a través del servicio de propaganda de los sublevados a esta imagen un tanto curiosa de la Batalla del Jarama. No tenemos muchos datos de la fotografía, tan solo que fue tomada en febrero de 1937, a primera hora de la mañana antes de que estos efectivos emprendieran su lucha contra los republicanos.
En esta foto se aprecia como una quincena de efectivos se aproxima a un caldero de grandes dimensiones antes del racho, posiblemente también para resguardarse del frío. Todos los hombres que aparecen en la imagen miran al caldero de manera relajada, como si guerra estuviera a cientos de kilómetros de allí.
Una celebración por todo lo alto

Esta imagen no corresponde directamente con la Batalla del Jarama, pero sí que tiene que ver con ella, indirectamente. En el centro de la imagen (de 1938) podéis ver a Joaquín García- Morato, el as de la aviación nacional, celebrando con varios efectivos de su escuadrilla la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando a título individual. Su actuación durante la Batalla del Jarama le sirvió para obtener esta importantísima distinción militar.
Ante la negativa de la caza italiana de escoltar a los bombarderos nacionales por la grandes pérdidas que estaban teniendo, García-Morato y su escuadrilla se desplazaron hasta el Jarama para realizar servicios de protección. El 18 de febrero de 1937, este piloto y otros tres aviadores de su escuadrilla se enfrentaron a unos 30 cazas republicanos, acción por la que fue recompensado por el Gobierno de Franco.
Un bombardero derribado

Lo cierto es que durante los primeros días de la Batalla del Jarama, las Fuerzas Aéreas de la República respondieron brillantemente a las embestidas frecuentes de los bombarderos franquistas. Como antes decíamos, esto provocó que la caza italiana decidiera (salvo excepciones) quitarse de en medio hasta la irrupción de García-Morato y su escuadrilla. Los sublevados perdieron un gran número de Junkers y Heinkel como el que se aprecia en la imagen que os estamos mostrando.
Merece especial atención mencionar un derribo que se produjo en el Jarama durante la noche del día 15 de febrero de 1937. Fue el del capitán sublevado José Calderón Gaztelu que mandaba un grupo de Junkers Ju-52 que sin apenas escolta de los cazas Fiat CR32 cumplió sus objetivos encomendados de bombardear las posiciones republicanas «caiga quién caiga». Por su actuación le fue concedida la Laureada de San Fernando.
Un comic de los combates aéreos

En los años que llevamos investigando la Guerra Civil nos hemos topado con varios comic relacionados con la Guerra Civil española, sin embargo, la mayoría de ellos no pertenecen a publicaciones españoles sino extranjeras. La imagen que veis es una excepción. La revista militar (editada por el Ejército del Aire) AEROPLANO, publicó en los años ochenta un especial sobre la Batalla del Jarama. Este especial recogía unas tres páginas con viñetas sobre los combates aéreos que se libraron en los cielos de Morata de Tajuña, San Martín de la Vega o Rivas Vaciamadrid.
Podéis acceder a las publicaciones antiguas de AEROPLANO a través de la Biblioteca Virtual de la Defensa. Allí encontraréis revistas de gran calidad y con información muy valiosa si os dedicáis a la investigación histórica.
Explosión San Martin de la Vega

La Batalla del Jarama fue posiblemente la primera gran confrontación de la Guerra Civil que fue cubierta periodísticamente hablando por informadores de todos los rincones del mundo. Entre esos informadores estuvieron los fotoperiodistas europeos del momento que hicieron su trabajo, en mayor o menor, medida limitados por la censura nacional o republicana. Esta fotografía fue realizada por un reportero de la revista francesa ‘Regars’, una publicación de corte comunista en la que colaboraban profesionales de la talla de Robert Capa o Henri Cartier-Bresson.
En esta fotografía se aprecia la explosión de un artefacto, posiblemente de artillería, en las inmediaciones de San Martín de la Vega, una localidad muy importante desde el punto de vista estratégico.