
Fotografió a los personajes más ilustres de la época y recibió por ello decenas de premios nacionales e internacionales. Decían de sus fotografías que tenían alma y no les faltaba razón. Sus imágenes fueron rompedoras en la España anterior a la Guerra Civil, al igual que sus películas, puesto que dirigió algunas cintas que resultaron muy atractivas para la crítica como «El niño de las monjas». José Calvache Gómez de Mercado, conocido en la escena periodística con el seudónimo de Walken, es en la actualidad un personaje totalmente desconocido para el gran público, sin embargo gozó de un prestigio enorme durante los años veinte y treinta del siglo pasado. Desde www.guerraenmadrid.net hemos querido recordar su dramática historia durante la contienda.
La sublevación militar de julio de 1936 le sorprendió a Walken en Madrid trabajando en su inmenso estudio de fotografía ubicado a pocos metros de la Puerta del Sol. Se enteró por la radio del alzamiento de las guarniciones de África y también de los primeros combates que se libraban en los cuarteles madrileños de la Montaña y Campamento. Nuestro protagonista llevaba más de media vida en la capital donde se había hecho un nombre como fotógrafo y retratista de la alta sociedad. Por su estudio habían pasado actrices de la talla de Margarita Xirgú y Celia Gámez, la bailaora Pastora Imperio, los escritores Álvarez Quintero o el torero Juan Belmonte al que le unía una gran amistad.
Sus imágenes tenían una técnica cuidada y rompedora para la época. Incluso algunos de sus reportajes dieron que hablar a los más retrógrados del momento por los matices provocadores que se podían percibir. Esto pasó en 1925, en plena dictadura de Primo de Rivera, cuando Walken publicó un reportaje sobre «unas piernas desconocidas» en la revista ‘Muchas Gracias’ que levantó algunas ampollas porque «mostraba demasiado».
Nuestro hombre pertenecía a una familia de fotógrafos. Su padre Diego Calvache había despuntado en Jerez de la Frontera como retratista, su hermano Ángel se hizo hueco en Madrid hasta su muerte prematura en 1919 y su otro hermano, Antonio, llegaría a convertirse en el fotógrafo oficial de la Casa Real. Walken, al igual que sus familiares, tuvo un gran éxito en la capital donde llegaría a fundar dos estudios fotográficos: uno de ellos estaba en el número 16 de la calle Sevilla, justo en el ático de un edificio en cuyos bajos se encontraba el prestigioso Café Diván. El otro estudio se ubicaba en el número 117 de la calle Alcalá, curiosamente en el mismo bloque donde vivía en compañía de su esposa, Deodata González Gándara.
Lo cierto es que las fotografías de Walken generaban una gran expectación entre la sociedad madrileña. Cada semana solía pegar en una cristalera junto a su estudio de la calle Alcalá las últimas fotografías que había realizado a los personajes de la farándula, lo que generaba un gran alboroto entre los madrileños que podían observar las imágenes de manera gratuita. Su popularidad también aumentó considerablemente después de organizar un festival benéfico en honor a los prisioneros liberados por el líder rifeño Abd el-Krim. También lideró una recaudación de fondos para los familiares de las víctimas del incendio del Teatro Novedades (1928) que dejó más de 80 muertos en Madrid.
Un premio merecido antes de la guerra
En la antesala de la Guerra Civil, Walken recibió un premio de gran prestigio en Alemania. A finales de 1935 le entregaron un galardón en la Exposición Internacional de Fotografías de Berlín organizada por el Deutscher Werkbund bajo el patrocinio de la Casa Kodak. Unos años antes había recibido la «medalla de honor» por sus trabajos en otra exposición internacional de fotografías celebrada en Lisboa. Entre estos dos galardones, nuestro fotógrafo había intentado poner en marcha (junto a su hermano) unos estudios de cine en Ciudad Lineal situados junto al viejo «parque de diversiones«. El proyecto se frenó por completo en el verano de 1936.

La sublevación militar truncó la carrera fotográfica y cinematográfica de Walken. Nunca ocultó sus ideas monárquicas y su afiliación, antes de la guerra, a Renovación Española. Esto le hizo estar en el disparadero. No tenemos constancia de que nuestro hombre trabajara durante los meses de julio, agosto y septiembre 1936, pero creemos que casi toda su actividad laboral se frenó en seco al estallar la Guerra Civil. Una de sus últimas fotos que hemos localizado en la prensa de la época fue tomada a finales de junio del 36 durante un combate de lucha libre que tuvo lugar en el Circo Price. Lo cierto es que tras fracasar el alzamiento en Madrid, los periódicos para los que solía trabajar Walken (Mundo Gráfico, La Esfera y El Heraldo de Madrid) dejaron de contar con él porque los nuevos responsables pensaban que era un «reaccionario».
Las malos augurios de Walken desde que empezó la Guerra Civil se confirmaron el 24 de octubre de 1936. Miembros de la checa de Fomento se desplazaron hasta su estudio de la calle Alcalá después de que le denunciara Policarpo Díaz, el encargado de una bodega que todos los meses le suministraba vino. El grupo de chequistas estaba liderado por Antonio Ariño Ramis, conocido con el sobrenombre del ‘Catalán’, un militante de la CNT que había sido designado como integrante del Comité de Investigación Pública y cuyo pasado estaba repleto de antecedentes policiales. Antes de la guerra estuvo preso en la Guayana Francesa y algunos historiadores le acusan de ser el responsable de los asesinatos del tren de la muerte de Jaén donde murieron cerca de 200 personas.
La detención y el traslado a una cárcel

Ariño y otros cuatro miembros del comité acudieron hasta el estudio de Walken en un coche oscuro, de la marca Packard, que la República había incautado a unos nobles. El vehículo ya de por sí generaba pavor ya que había recorrido decenas de pueblos de Madrid buscando a «enemigos del pueblo» con una inscripción enorme en su chasis donde ponía la palabra «trueno». Los agentes republicanos irrumpieron por la fuerza en el estudio del fotógrafo y le arrestaron mientras él estaba realizando unos retoques en unas imágenes antiguas. Walken no opuso resistencia.
Creemos que además de Ariño, también participaron en la detención de Walken un primo suyo llamado José Navarro Marcos que formaba parte del Comité de Investigación Pública. Estamos casi convencidos de que estuvo presente Francisco Zúñiga Martínez, uno de los conductores habituales que solían trabajar para el grupo dirigido por Ariño durante los meses de septiembre y octubre del 36.
El protagonista de esta historia fue trasladado en primer lugar hasta la Dirección General de Seguridad donde le tomaron declaración. Posiblemente esto le salvó la vida, al menos en ese instante. De haber sido llevado a declarar directamente hasta la calle Fomento, posiblemente le hubieran dado el ‘paseo’. Pero Walken tuvo suerte. Tras ser interrogado por un comisario de Policía, le trasladaron hasta la cárcel Modelo y unos días después hasta la prisión de San Antón.

No hemos encontrado ninguna noticia en la prensa de la época que hable de la detención de Walken por parte de integrantes de la checa de Fomento. Suponemos que la actividad de los chequistas por entonces era tan frenética que era humanamente imposible hacer públicas todas sus operaciones. Sí que hemos confirmado a través de los archivos que Antonio Ariño, una vez terminada la Guerra Civil, reconoció ante las autoridades franquistas haber participado en la detención del fotógrafo en su estudio de la calle Alcalá. Deodata González, esposa de nuestro protagonista, también informó en abril de 1939 a las nuevas autoridades policiales de cómo se había desarrollado la captura de su marido en el otoño del 36.
Justo el mismo día en el que fue arrestado Walken, el Ministerio de Gobernación difundió un comunicado oficial criticando la «incomprensible autonomía de ciertos individuos» a la hora de practicar detenciones. Desconocemos si aquel comunicado estaba o no relacionado con la detención del fotógrafo por parte de milicianos vinculados a la CNT. Lo que sí parece claro es que el ministro Ángel Galarza decidió publicar esta nota tras comprobar que numerosos chequistas se estaban tomando la justicia por su mano, lo que había generado un pánico exacerbado entre la población de Madrid. Leamos un fragmento de aquel comunicado ministerial:
«El ministro de Gobernación, que comprende y estima el fervor del pueblo madrileño al manifestarse en la vía pública contra el fascismo, cualquiera que sea la sindical o entidad política del Frente Popular que lo haga, se cree obligado a manifestar que ese entusiasmo no debe sufrir desviaciones improcedentes».
Sabemos que Walken permaneció algo menos de un mes en la prisión de San Antón donde coincidió con Pedro Muñoz Seca al que conocía de sobra por sus trabajos periodísticos. Por desgracia ninguno de los dos pudo coincidir en esa prisión con el anarquista Celedonio López que a partir de enero de 1937 asumió la dirección de la cárcel y humanizó las condiciones de vida de los reclusos. De Celedonio López, discípulo de Melchor Rodríguez, hemos escrito en nuestro blog.

Un falso traslado
El 27 de noviembre de 1936, a Walken le sacaron de la cárcel en uno de los muchos traslados de presos que se estaban efectuando en esos convulsos momentos. Por entonces los sublevados estaban a las puertas de Madrid, el Gobierno de la República se había trasladado a Valencia y prácticamente todo el mundo daba por hecho que la ciudad caería en poder del «enemigo». Se dijo a la opinión pública que centenares de presos serían trasladados a otros puntos de la España republicana para evitar que se incorporaran a las filas de los franquistas, pero esto no fue así. La mayoría de esos reos que iban a ser trasladados, terminarían siendo asesinados sin juicio previo entre Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz. Como bien sabe el lector, de estos fusilamientos numerosos autores han escrito ríos de tinta.
Walken, que iba en una expedición de casi cien presos, nunca llegó hasta su destino. Hemos localizado su nombre en un listado de presos de la cárcel de San Antón que iban a «ser evacuados» el 27 de noviembre de 1937 a otro punto de la geografía española. Al igual que el resto de sus compañeros de viaje, nuestro hombre fue fusilado junto al arroyo de San José, en el término municipal de Paracuellos del Jarama. Tenía 45 años. Desconocemos si sus familiares pudieron reconocer o no su cadáver una vez terminada la Guerra Civil, pero el día 24 de abril de 1939, su esposa explicó a las autoridades franquistas como había sido arrestado su marido. Ella ya daba por hecho que había sido asesinado y estaba convencida de que su cuerpo se encontraba en una fosa común de Paracuellos.

Hemos sabido que el hermano de Walken, el también fotógrafo Antonio Calvache, estuvo perseguido por las autoridades republicanas durante la Guerra Civil por su pasado monárquico. La Policía estuvo tras sus pasos a pesar de que contaba con un carné de periodista de la secretaría de propaganda de la Junta de Defensa de Madrid. Pese a la persecución policial, Antonio logró refugiarse en una embajada a mediados de 1937 y pasar poco después a zona nacional. Desde Burgos y Salamanca se convirtió en responsable de la sección cinematográfica de Falange. Gracias a este cargo rodaría varios documentales bélicos como «El derrumbamiento del Ejército Rojo» o «Rutas de fuego». Militares nacionales como el comandante Pardo elogió el «españolismo» y la «valentía» de Antonio Calvache en el frente.
Una vez terminada la guerra, el hermano de nuestro protagonista cubrió el «Desfile de la Victoria» en Madrid para la revista Vértice. Desconocemos el motivo, pero poco tiempo después , Antonio Calvache cayó en desgracia y tuvo que marcharse a Tánger a buscar fortuna. En la ciudad africana abrió un estudio fotográfico, pero poco tiempo después emigró a París donde pensaba que podía recuperar su status económico y social. Tampoco tuvo suerte en Francia y no le quedó más remedio que regresar a España en los años sesenta. En Madrid abrió con pequeño estudio en Atocha que fracasó al poco tiempo. Enfermo y casi desvalido, en los años ochenta se le veía a Antonio Calvache por el Rastro de la capital vendiendo a precios irrisorios las fotografías que había realizado durante toda su vida. Murió en el más absoluto de los olvidos en el año 1984.

En cuanto a Antonio Ariño, el chequista que detuvo a Walken en octubre de 1936, tenemos que decir que fue condenado a muerte por la justicia de Franco y fusilado el 27 de abril de 1940. Le acusaron de estar relacionado con casi 2.000 asesinatos en Madrid y alrededores.
Fuentes consultadas
- AHN. Causa General. Legajo 1502, caja 1, expediente 2. Folio 315. Denuncia presentada ante las autoridades franquistas por la esposa de Walken.
- AHN. Causa General. Legajo 1530, expediente 4. Expediente Checa de Fomento y Bellas Artes.
- CDMH. PS Madrid, 1870, 1, 71. Carné de prensa y acreditación de Antonio Calvache.
- CDMH. DNSD. Secretaría 4.0146915. Ficha de Antonio Ariño.
- CDMH. DNSD Secretaría. 4, A0147097. Ficha de Antonio Ariño.
- CDMH. DNSD. Secretaría 4. A014709. Ficha de Antonio Ariño
- Hemeroteca Nacional
- Biblioteca Prensa Histórica.
- Tesis doctoral: «Los comités madrileños de 1936. Un análisis microhistórico de la represión» de Fernando Jiménez Herrera.
- Artículo ABC Antonio Calvache: https://sevilla.abc.es/andalucia/cordoba/sevi-antonio-calvache-fotografo-cordobes-centro-bohemia-202108281916_noticia.html
- Artículo El País de Antonio Calvache: https://elpais.com/cultura/2017/05/20/actualidad/1495267078_046859.html
- Artículo La Voz de Almería: https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/165956/la-dinastia-de-los-retratistas-alhamenos
- Artículo Real Academia de la Historia: https://dbe.rah.es/biografias/98037/jose-calvache-gomez-de-mercado
[…] de portada: Elena Jordi retratada por Walken en 1914. Cedida por la Academia de Cine […]
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