El día que Lluys Companys le dijo «basta ya» al presidente Negrín

Portada del periódico Crónica del 24.10.1937 / BNE

Abril de 1938. Quedaban casi nueve meses para que la Guerra Civil terminara en Cataluña y la situación que se respiraba en Barcelona y sus alrededores era de tensión permanente. Los bombardeos franquistas minaban la moral de los ciudadanos que ya de por sí estaba muy tocada debido a la escasez de víveres. Pero la situación podía ser peor. Las detenciones, torturas y «paseos» contra los supuestos «enemigos de la República» aumentó considerablemente desde el inicio del año, lo que generaba terror dentro de la sociedad catalana.

Esta escalada de terror se hizo más visible tras la irrupción en Barcelona del todopoderoso SIM (Servicio de Información Militar), un organismo de represión que no dependía de la Generalitat sino del Ministerio de Defensa Nacional del Gobierno de la República. Sus actuaciones y métodos eran poco ortodoxos y el traslado de los detenidos a checas extraoficiales generaba pavor entre los catalanes, incluso aquellos que apoyaban al bando republicano. No conviene olvidar que dentro de estas checas se torturó y asesinó no solo a personas vinculadas con las derechas sino también a miembros del POUM y de la CNT. Las actuaciones desproporcionadas del SIM por estas fechas fueron miradas con cierto recelo por parte de la Generalitat, pero Companys y sus consejeros apenas se entrometían en sus desmanes. La cosa cambió el 6 de abril de 1938.

Este día aparecieron en la playa de Castelldefels, muy cerca del Puente de Vallbona, los cadáveres de diecinueve hombres que habían sido asesinados. Los forenses no tuvieron demasiados problemas en confirmar en poco tiempo la identidad de los muertos y comprobaron que se trataba de presos del buque prisión Villa de Madrid, una cárcel flotante que estaba fondeada en el puerto de Barcelona y que estaba controlada exclusivamente por el SIM. Todas víctimas estaban vinculadas con la Falange o habían sido miembros de la Quinta Columna. Hace ya unos meses que publicamos en nuestra web un artículo sobre este fusilamiento masivo extrajudicial que puedes leer pinchando en este enlace. También hablamos de estos hechos en nuestro libro «La Quinta Columna» (Esfera de los Libros).

Exhumación de cadáveres tras la Guerra Civil / Archivo Regional de la CAM. Fonto Santos Yubero

La aparición de estos diecinueve cadáveres provocó un antes y un después en las relaciones entre la Generalitat y el Ministerio de la Defensa Nacional de la República. Tanto es así que el propio Lluys Companys escribió una carta directamente a Negrín que por esas fechas, además de ostentar la presidencia del Gobierno republicano también controlaba la cartera de Defensa. Hemos tenido acceso al contenido casi íntegro de la carta que no tiene desperdicio y que reproducimos a continuación:

«Mi querido amigo:

Los consejeros de Gobernación y Justicia me han entregado los informes que acompaño, en los que se denuncian hechos que dañan la confianza y la moral de la retaguardia de Cataluña…Hace unas semanas fueron encontrados diecinueve cadáveres en el término municipal de Sitges, atados y con documentación que demostraba tratarse de presos del Villa de Madrid. Posteriormente han aparecido en Igualada más cadáveres que comprenden también a personas que habían sido detenidas. Han ocurrido después algunos otros casos aislados de desaparición de presos y otras personas. Y no más tarde que ayer, se me denuncia que el comisario de Policía de Cervera ha armado a un grupo de individuos con antecedentes muy poco recomendables quienes practican detenciones, atropellos y fusilamientos de supuestos sospechosos. Práctica esta de armar individuos que ya se había usado unas semanas antes en Barcelona y otras ciudades.

Los Tribunales de Justicia y los llamados Tribunales de Guardia Permanente, que funcionan en Cataluña y dependen directamente del Gobierno Central, cumplen su misión mediante el rápido procedimiento establecido por el Decreto del Gobierno de la República y esta semana llegan hasta el centenar de penas de muerte que se han impuesto. Por lo tanto, la brevedad del procedimiento y la inexorabilidad de la Justicia por las circunstancias de defensa y guerra, añadirían nuevos motivos de repudio y de zozobra ante tamaños excesos, hacia organismos que debieran depender y estar sometidos a la obediencia y Autoridad del Estado.

Periódico Mundo Gráfico el 25.07.1937 /BNE

En Cataluña, como en toda España, se atravesó desde el 18 de julio, en los primeros momentos y sucesivamente, hasta que pudo recuperarse el orden público, los efectos de la neurosis colectiva de furor y confusión que acompaña siempre y de manera inevitable y casi exacta, a esas profundas conmociones de tipo revolucionario que arrancan de la profundidad del pasado y forman su proceso biológico. El esfuerzo de partidos y organizaciones, y especialmente la vitalidad y el sentido profundamente democrático de nuestro pueblo, permitió superar las circunstancias y que el país fuera recuperando su fisionomía y al propio tiempo, por imperio de la guerra, se supeditaron incluso los anhelos más justificados, en reparación o transformación de la necesidad primordial y única de aunar todas las voluntades y marchar en la sola y única finalidad de ganar pronto la guerra. Y a la opinión catalana le inquietan y alarman estos hechos de tipo violento que desazonan y encojen las coacciones y atropellos e incidentes continuados y múltiples que vienen sucediendo.

Deseo, Sr Presidente que acoja esta carta como dictada por el apremio de mi deber. V.E sabe que he dado cuantas facilidades se me han pedido, aún en muchos casos con daño de las facultades estatutarias y a mi juicio, de la causa que todos defendemos.
Firmado: Luis Companys, Barcelona, 25 de abril de 1938″.

Llama poderosamente la atención que varias copias de esta carta circulan en los ambientes coleccionistas de la Guerra Civil. Todavía se puede adquirir a través de la plataforma Todo Colección. En 2015 salió la noticia en el Diari de Tarragona en la que se decía que un vecino de La Bisbal del Penedés había adquirido la misiva tras asistir a una subasta en Barcelona.

4 comentarios

  1. Buenas tardes.
    Francamente, me parece poco juicioso el tratamiento de la información.
    La actuación del SIM en Cataluña no fue ni más ni menos sangrienta que la existente previamente. La actuación de Companys, dueño de todos los resortes del poder en Cataluña, fue sangrienta hasta ese momento, luego sería cínico quejarse. De lo que protesta este elemento es que, al instalarse en su feudo particular otros organismos republicanos le quitan protagonismo y le ‘coartan’ la absoluta independencia con la que había gestionado esa región. Un saludo

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  2. Cuando a partir del 19 de Julio.en Bárcelona los anarquistas CNT FAI se adueñan de Barcelona y Catalunya y se crean los Comités de Milicias Antifascistas .Companys bien que salía al balcón de la Generalidad a arengar a los confederales ..un l después en el 37 cuando los comunistas se hacen dueños del cortijo y liquidan cenetistas y poumistas Companys era más comunista que Stalin. Eso sí. Jamas dejo de firmar sentencias de muerte que le ponían en la mesa. Un Consejero de la Generalidad, llegó a decirle en los primeros meses de la guerra..»Lluís hay que parar toda esa locura, aquí se mata y asesina sin ton ni son». Y Companys le respondió » Estás loco? Que quieres que nos maten a todos ? Hay que dejar pasar la riada». Verídico. Y ahora ya acaso al final de la guerra «protesta » ????

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  3. Las crueldades durante la guerra civil fueron comunes a los dos bandos. Y después de 1939, ni te cuento. Es muy interesante esta entrada y la anterior sobre los asesinados en la playa de Garraf. Quintacolumnistas ejecutados sin piedad por los servicios de inteligencia republicanos. En el bando franquista es dudoso que fueran más humanos con los traidores emboscados en su retaguardia. Así de criminal es una guerra civil. En cuanto a Companys, hay que decir que se vio claramente desbordado por la explosión revolucionaria en respuesta a la previa sublevación militar. Esto no elimina su responsabilidad, por supuesto, pero obliga a matizarla. Muchas personas le debieron la vida a la desarbolada Generalitat. Empezando por el cardenal Vidal i Barraquer, por ejemplo. Por lo demás, cualquier delito que Companys hubiera podido cometer lo pagó con creces con su ejecución, asesinato legal, en 1940. Los militares sediciosos que le fusilaron seguirían pasando españoles por las armas hasta ¡1975! En fin, saludos cordiales.

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